Imagen:
Foto de archivo. Ciudadano empadronándose.
Ante constantes ataques y comentarios acerca de la legitimidad del Padrón Electoral Biométrico (PEB), técnicos del Servicio de Registro Cívico (Serecí) demostraron su confiabilidad y seguridad en un evento de socialización organizado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y donde estuvieron miembros de la prensa, este 15 de marzo.
El PEB nace en la gestión 2009, fruto del consenso entre distintas organizaciones políticas, para brindar mayor seguridad al antiguo registro, manual de electores. Por entonces el país contaba con alrededor de 3,5 millones de inscritos en el antiguo padrón, en 75 días se logró registrar a cerca de cinco millones de ciudadanos, lo que puso en evidencia que el antiguo padrón tenía un alto grado de subregistro; el proceso fue acompañado por la comunidad internacional, que avaló su éxito y transparencia.
La seguridad del PEB radica en que el ciudadano, además de anotar sus datos personales, registra sus características biométricas, que son esencialmente las huellas dactilares de los 10 dedos de las manos, acompañadas por una fotografía digital y la firma electrónica de la persona que se inscribe.
Las huellas dactilares se confrontan con todas las existentes en el Padrón Electoral, lo que permite un análisis pericial que determina la unicidad o no del registro a partir de la biometría, de manera previa a la habilitación del ciudadano en el PEB.
La unicidad se consigue gracias al “Automated Biometric Identification System”, que es un aplicativo que fundamenta sus decisiones de reconocimiento mediante una característica personal biométrica (huella dactilar o fotografía facial) reconocida o verificada de manera automatizada, utilizando algoritmos numéricos, lo que garantiza la existencia de un registro único válido por ciudadano.
Después de explicar brevemente la tecnología biométrica que se emplea, es necesario desmentir algunas imprecisiones vertidas por algunos analistas, la más recurrente sugiere que “el padrón crece inusualmente”. Al respecto, es necesario establecer que el crecimiento se debe a procesos demográficos (mortalidad, mayoría de edad, o migración interna y externa), cambios de domicilio por estudio, trabajo u otros.
Otra razón importante del crecimiento es gracias a la reducción del índice de indocumentados en general y del subregistro electoral, que se debe en gran medida al despliegue permanente de brigadas móviles del Serecí a comunidades o lugares donde las personas no tienen el acceso para registrase debido a que viven lejos de centros urbanos.
Asimismo, hace algunos meses, en torno al debate acerca de la fecha para la realización del censo de población y vivienda, se argumentó que supuestamente los resultados demostrarían un Padrón Electoral “inflado”. Esta premisa carece de sentido porque no existe relación técnica ni jurídica entre ambos. Se debe diferenciar la naturaleza de las fuentes de los datos.El censo captura los datos de la población en un determinado momento histórico, a partir de este hecho se efectúan proyecciones, sobre la información que verbalmente indica la población. En cambio, el Padrón Electoral registra la información con la presencia física de todo empadronado, previa verificación y contrastación de datos.
Sin embargo, existe un análisis que es importante resaltar entre la comparación de la población proyectada en edad de votar por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y los ciudadanos habilitados en el PEB. Desde 1989 hasta la actualidad la cantidad de ciudadanos habilitados nunca superó las proyecciones del INE respecto a personas en edad de votar, por lo que el argumento de que el censo demostraría un padrón “inflado” carece de sentido.
Por ejemplo, según datos del INE en 1989 existían 3.086.880 ciudadanos habilitados para votar; pero en el antiguo padrón se encontraban registrados 2.136.587. En 2009, año del empadronamiento biométrico, el INE proyectó 5.956.344 personas en edad de emitir su voto, mientras que en el PEB estaban registrados 4.970.458 bolivianos.
Más recientemente, en el año 2021, después de la realización de dos procesos electorales en los que hubo una mayor cantidad de registros debido a los procesos electorales, y que además se realizó el empadronamiento masivo, en el PEB se encontraban registradas 7.131.075 personas. El INE, por su parte, proyectó 7.617.519 personas habilitadas para ejercer su voto.
Se instauró erróneamente la idea de que el padrón tiene un número de inscritos en exceso, ya que el registro crece a un ritmo aparentemente elevado, sin embargo, los registrados están dentro de los parámetros de la población estimada mayor de 18 años (ver gráfico).
Estos hechos son demostrables y por ello organismos internacionales de prestigio, como la Organización de Estados Americanos (OEA) el Centro Carter, la Unión Europea y Naciones Unidas destacaron la confiabilidad y seguridad del PEB.
El PEB es constantemente actualizado con el empadronamiento permanente, resguarda la información básica de todos los ciudadanos registrados y permite el derecho al voto, ejercicio fundamental de la democracia intercultural en Bolivia.
La seguridad del PEB radica en que el ciudadano, además de anotar sus datos personales, registra sus características biométricas, que son esencialmente las huellas dactilares de los 10 dedos de las manos, acompañadas por una fotografía digital y la firma electrónica de la persona que se inscribe.
Las huellas dactilares se confrontan con todas las existentes en el Padrón Electoral, lo que permite un análisis pericial que determina la unicidad o no del registro a partir de la biometría, de manera previa a la habilitación del ciudadano en el PEB.
La unicidad se consigue gracias al “Automated Biometric Identification System”, que es un aplicativo que fundamenta sus decisiones de reconocimiento mediante una característica personal biométrica (huella dactilar o fotografía facial) reconocida o verificada de manera automatizada, utilizando algoritmos numéricos, lo que garantiza la existencia de un registro único válido por ciudadano.
Después de explicar brevemente la tecnología biométrica que se emplea, es necesario desmentir algunas imprecisiones vertidas por algunos analistas, la más recurrente sugiere que “el padrón crece inusualmente”. Al respecto, es necesario establecer que el crecimiento se debe a procesos demográficos (mortalidad, mayoría de edad, o migración interna y externa), cambios de domicilio por estudio, trabajo u otros.
Otra razón importante del crecimiento es gracias a la reducción del índice de indocumentados en general y del subregistro electoral, que se debe en gran medida al despliegue permanente de brigadas móviles del Serecí a comunidades o lugares donde las personas no tienen el acceso para registrase debido a que viven lejos de centros urbanos.
Asimismo, hace algunos meses, en torno al debate acerca de la fecha para la realización del censo de población y vivienda, se argumentó que supuestamente los resultados demostrarían un Padrón Electoral “inflado”. Esta premisa carece de sentido porque no existe relación técnica ni jurídica entre ambos. Se debe diferenciar la naturaleza de las fuentes de los datos.El censo captura los datos de la población en un determinado momento histórico, a partir de este hecho se efectúan proyecciones, sobre la información que verbalmente indica la población. En cambio, el Padrón Electoral registra la información con la presencia física de todo empadronado, previa verificación y contrastación de datos.
Sin embargo, existe un análisis que es importante resaltar entre la comparación de la población proyectada en edad de votar por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y los ciudadanos habilitados en el PEB. Desde 1989 hasta la actualidad la cantidad de ciudadanos habilitados nunca superó las proyecciones del INE respecto a personas en edad de votar, por lo que el argumento de que el censo demostraría un padrón “inflado” carece de sentido.
Por ejemplo, según datos del INE en 1989 existían 3.086.880 ciudadanos habilitados para votar; pero en el antiguo padrón se encontraban registrados 2.136.587. En 2009, año del empadronamiento biométrico, el INE proyectó 5.956.344 personas en edad de emitir su voto, mientras que en el PEB estaban registrados 4.970.458 bolivianos.
Más recientemente, en el año 2021, después de la realización de dos procesos electorales en los que hubo una mayor cantidad de registros debido a los procesos electorales, y que además se realizó el empadronamiento masivo, en el PEB se encontraban registradas 7.131.075 personas. El INE, por su parte, proyectó 7.617.519 personas habilitadas para ejercer su voto.
Se instauró erróneamente la idea de que el padrón tiene un número de inscritos en exceso, ya que el registro crece a un ritmo aparentemente elevado, sin embargo, los registrados están dentro de los parámetros de la población estimada mayor de 18 años (ver gráfico).
Estos hechos son demostrables y por ello organismos internacionales de prestigio, como la Organización de Estados Americanos (OEA) el Centro Carter, la Unión Europea y Naciones Unidas destacaron la confiabilidad y seguridad del PEB.
El PEB es constantemente actualizado con el empadronamiento permanente, resguarda la información básica de todos los ciudadanos registrados y permite el derecho al voto, ejercicio fundamental de la democracia intercultural en Bolivia.