Con motivo del cierre de sus oficinas en Bolivia, el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional) hizo una evaluación de sus principales logros e hizo una proyección de los desafíos para la democracia en Bolivia.
La Oficial de Programas en Bolivia de IDEA Internacional, Carolina Florú, expresó su satisfacción sobre las metas alcanzadas en casi 14 años de servicio en el país, durante un acto de reconocimiento realizado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), este martes 7 de septiembre.
En ese marco, afirmó que la entidad pudo intervenir en todas las fases del ciclo electoral y los requerimientos que tuvo el proceso democrático boliviano.
Detalló que se trabajó con organizaciones juveniles, de mujeres, indígenas, y otros sectores que tienen diversos intereses, en distintas áreas involucradas en la consolidación y el fortalecimiento de la democracia.
Asimismo, destacó que se desarrollaron más de dos mil eventos de capacitación a diferentes sectores de la población.
Florú rememoró que, a través de las gestiones de IDEA Internacional, se logró abrir espacios de diálogo entre actores políticos diversos, en momentos de mucha conflictividad y polarización, en coordinación con el Órgano Electoral Plurinacional (OEP), a través de los vocales nacionales y departamentales.
Además agradeció a los representantes de España, Suecia, Alemania, Suiza y otros países por la colaboración brindada en cuanto al despliegue de expertos que llegaron a Bolivia para compartir sus experiencias.
Por su parte, Alfonso Ferrufino, asesor principal de IDEA Internacional, afirmó que durante estos años se registraron grandes desafíos, pues hubo momentos en que se puso en tela de juicio la democracia, la imparcialidad y el respeto a la pluralidad política en el país.
“Esto plantea, ahora, al sistema político en general un enorme desafío, que es trabajar en la renovación profunda, en el fortalecimiento institucional y programático de las organizaciones políticas”, sostuvo Ferrufino.
En ese marco, agregó que el OEP también tiene la misión de trabajar en “una ciudadanía democrática” y participativa, además de una “ciudadanía responsable”, es decir, que no solo exija derechos, sino también que asuma deberes.