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Eduardo Leaño moderador de la Mesa 1 con los panelistas vocal TSE Francisco Vargas , Teresa Zegada y Marcelo Silva.
La polarización política afectó también al Órgano Electoral Plurinacional (OEP), coincidieron analistas que participaron como como panelistas en la mesa “El OEP entre la crisis política, emergencia sanitaria y conflictividad” que se desarrolló en el marco del Encuentro Democracia y Gobernanza: Balance y Perspectivas en la ciudad de Santa Cruz.
En la Mesa participaron como panelistas la socióloga María Teresa Zegada, el politólogo Marcelo Silva y el vocal de Tribunal Supremo Electoral (TSE) Francisco Vargas, quienes desde sus ópticas diagnosticaron la situación del Órgano Electoral bajo la moderación del sociólogo e investigador Eduardo Leaño.
De inicio Zegada mencionó que la polarización política es una realidad interpartidaria, que le llega al Órgano, que a pesar de haber logrado un gran trabajo en los dos procesos electorales del año 2020 y 2021 superando el 88% de participación ciudadana, en medio de la pandemia, esto se quedó ahí porque la actual aprobación de la ciudadanía al OEP no supera el 20%, según encuestas.
En ese sentido propuso tres puntos que deben ser incorporados por el OEP en su gestión: la construcción de la entidad y su relación con los otros órganos; una relación de ida y vuelta con las organizaciones políticas y por último la vinculación con el contexto socio-histórico, es decir, un proceso de construcción, explicó la socióloga.
Junto a todo esto va el tema de afianzar la autonomía e independencia; recuperar su condición de autoridad en temas electorales; el sentido normativo que dicta la Constitución además de la interculturalidad, la paridad y alternancia de género, reuniendo los aspectos digitales, redes sociales y otros, ante una sociedad cambiante que incorporó nuevos elementos, detalló.
El vocal del TSE, Francisco Vargas, hizo una retrospectiva de cómo encontraron al Órgano Electoral después de los acontecimientos del año 2019 en el que hubo “una elección fallida”. Señaló que una parte de la infraestructura del OEP estaba destruida y autoridades depuestas de sus cargos y detenidas, eso por un lado, luego la responsabilidad de llevar a delante elecciones generales en medio de la crisis económica, política y sanitaria por la pandemia del COVID 19.
Un escenario donde había “la exigencia constitucional de que las nuevas autoridades nacionales fuesen elegidas y posesionadas en la gestión 2020 y la prioridad de preservar la salud pública durante la jornada de votación ante la amenaza de la pandemia”, pero lograron una participación ciudadana histórica, testimonió la autoridad electoral que fue protagonista de esos comicios.
Producto de todo esto, el vocal Vargas, estableció algunos parámetros sobre los cuales debe trabajar la entidad electoral, por ejemplo, dijo “la legislación electoral vigente lleva más de 10 años y debe ser actualizada desde una visión técnica, precautelando derechos y eliminando toda influencia política para garantizar la integridad de futuros procesos eleccionarios con temas como habilitación e inhabilitación de candidaturas”.
También el “régimen de campaña y propaganda electoral, y de estudios de opinión en materia electoral; el régimen de faltas y sanciones y la participación y representación colectiva de los pueblos indígenas en el marco de las circunscripciones especiales indígenas”, asintió Vargas.
La participación del politólogo Marcel Silva estuvo centrada en la propuesta de lo Intercultural como la epistemología de la interculturalidad, esta categoría utilizada para explicar su propuesta producto de un diagnóstico sobre el OEP, esto significa: que “la jerarquía igual de saberes, conocimientos, cultura, procedimientos de los pueblos indígenas originarios campesinos. Qué fácil es decir a los pueblos indígenas que eligen sus autoridades, pero hay que reducirlos a sus jurisdicciones, y claro qué difícil es llamarle a eso ciencia política”, señaló Silva.
Para él, actualmente se está eligiendo mujeres, indígenas, pero sólo son datos cuantitativos, “se debe pasar a los cualitativo”, sugiere Silva, esto quiere decir que debe irse “a cambios que se traduzcan en los hechos plasmados, en un cambio de la realidad, una recreación”, es decir, acciones rápidas para el fortalecimiento de la democracia intercultural, equidad y paritaria, mencionó.
Asimismo adicionar un proceso educativo que tiene que ver con el Órgano Electoral con la descripción de modelos de democracia indígena originario campesinos u otro tipo, otras formas de democracia, que trabajen bajo una lógica de epistemología intercultural, que seguramente abarcará un largo plazo”, dedujo el politólogo.
De inicio Zegada mencionó que la polarización política es una realidad interpartidaria, que le llega al Órgano, que a pesar de haber logrado un gran trabajo en los dos procesos electorales del año 2020 y 2021 superando el 88% de participación ciudadana, en medio de la pandemia, esto se quedó ahí porque la actual aprobación de la ciudadanía al OEP no supera el 20%, según encuestas.
En ese sentido propuso tres puntos que deben ser incorporados por el OEP en su gestión: la construcción de la entidad y su relación con los otros órganos; una relación de ida y vuelta con las organizaciones políticas y por último la vinculación con el contexto socio-histórico, es decir, un proceso de construcción, explicó la socióloga.
El vocal del TSE, Francisco Vargas, hizo una retrospectiva de cómo encontraron al Órgano Electoral después de los acontecimientos del año 2019 en el que hubo “una elección fallida”. Señaló que una parte de la infraestructura del OEP estaba destruida y autoridades depuestas de sus cargos y detenidas, eso por un lado, luego la responsabilidad de llevar a delante elecciones generales en medio de la crisis económica, política y sanitaria por la pandemia del COVID 19.
Un escenario donde había “la exigencia constitucional de que las nuevas autoridades nacionales fuesen elegidas y posesionadas en la gestión 2020 y la prioridad de preservar la salud pública durante la jornada de votación ante la amenaza de la pandemia”, pero lograron una participación ciudadana histórica, testimonió la autoridad electoral que fue protagonista de esos comicios.
Producto de todo esto, el vocal Vargas, estableció algunos parámetros sobre los cuales debe trabajar la entidad electoral, por ejemplo, dijo “la legislación electoral vigente lleva más de 10 años y debe ser actualizada desde una visión técnica, precautelando derechos y eliminando toda influencia política para garantizar la integridad de futuros procesos eleccionarios con temas como habilitación e inhabilitación de candidaturas”.
La participación del politólogo Marcel Silva estuvo centrada en la propuesta de lo Intercultural como la epistemología de la interculturalidad, esta categoría utilizada para explicar su propuesta producto de un diagnóstico sobre el OEP, esto significa: que “la jerarquía igual de saberes, conocimientos, cultura, procedimientos de los pueblos indígenas originarios campesinos. Qué fácil es decir a los pueblos indígenas que eligen sus autoridades, pero hay que reducirlos a sus jurisdicciones, y claro qué difícil es llamarle a eso ciencia política”, señaló Silva.
Para él, actualmente se está eligiendo mujeres, indígenas, pero sólo son datos cuantitativos, “se debe pasar a los cualitativo”, sugiere Silva, esto quiere decir que debe irse “a cambios que se traduzcan en los hechos plasmados, en un cambio de la realidad, una recreación”, es decir, acciones rápidas para el fortalecimiento de la democracia intercultural, equidad y paritaria, mencionó.
Asimismo adicionar un proceso educativo que tiene que ver con el Órgano Electoral con la descripción de modelos de democracia indígena originario campesinos u otro tipo, otras formas de democracia, que trabajen bajo una lógica de epistemología intercultural, que seguramente abarcará un largo plazo”, dedujo el politólogo.